Artículos en El Latinoamericano

 
 

Diciembre de 2007

El orgullo de ser Latinoamericano

Carlos Alberto Cornejo Campaña. (qepd)

 

Un genio chileno y español universal.

Conocí a Carlos Alberto Cornejo, a finales de noviembre de 1988, a través de Fernando Flores Labra, también chileno y en aquellos años en los que mantuvimos nuestra amistad, fueron de lo más fructíferos para mi vida. Al entrar en su estudio me había quedado impresionado con la biblioteca que tenía, sobre todo con la parte donde estaban colocados sus libros, de los que destacaba, Juan Pablo II, editorial Sedmay, que se tradujo a innumerables idiomas. Meses después fundamos junto con Fernando Flores, Raúl Herrera y Miguel Viñas, REDCOM ESPAÑA, donde Carlos era el Director de Comunicación y yo me convertía en el Secretario del Consejo de Administración.

            Carlos, por entonces, como bien escribió John Müller en El Mostrador de Chile, del 28 de Mayo de 2003, “Cornejo tradujo al castellano varios textos de Flores y actuó como escritor negro del ahora senador. Fruto de esa colaboración se publicó el libro Abrir Nuevos Mundos, que cuenta con un prólogo de Felipe González”. Como cuenta Müller, Carlos empezó su carrera de escritor con 14 años al morir su abuelo Gustavo Campaña. Luego trabajó en el diario Clarín e hizo crítica de cine con el nombre del “Incinerador”; creó junto con Vivanco la historieta Lolita,  hasta que el diario fue cerrado por la “Ley Mordaza” y Carlos se salvó de ir a la cárcel por no tener 18 años. Posteriormente tuvo que venirse a Madrid a vivir, siendo un hombre totalmente polifacético.

            Pero sin nada de rencor hacia el pasado, tanto es así que celebramos en su estudio las primeras elecciones libres en Chile en 1989. Cosas de la vida, yo era el negro de Carlos, compartiendo ideas y animándole, mientras él me enseñaba a escribir. Su mujer Aranzazu, como gran abogada que es, me arreglaba los papeles para nacionalizarme Español. Una tarde, Carlos estaba muy preocupado, porque al día siguiente vendría a Madrid, a visitarnos Rodrigo Flores, el hijo de Fernando, para concretar los términos de la empresa y quería que le llevásemos a Toledo, para que conociese la ciudad. Al día siguiente comimos en el Parador de Toledo y después de dar cuenta de una buena Fabada, queríamos llevar a Rodrigo, a ver lo más destacado de Toledo, para luego terminar en “El Entierro del Conde Orgás”, antes de regresar a Madrid. Rodrigo al escuchar lo del Entierro, se pudo muy nervioso y nos increpó, que él no iría a dicho lugar, ya que teníamos poco tiempo y aquello no le gustaba. Carlos y yo nos miramos, como diciendo, de dónde ha salido éste tipo. Mientras le enseñábamos lo más típico de Toledo, llegamos a la Iglesia de Santo Tomé y sin decirle nada, nos pusimos en la cola para entrar a ver el cuadro. Cuál fue la carcajada de Rodrigo, al comprobar que el Entierro era un cuadro y no un lugar de “señoritas de vida alegre”.

            Puedo decir que conocí el lado más humano de Carlos y dudo mucho que yo, sin haberle conocido y haber recibido mucho de su sapiencia, hubiese podido publicar más de veinte libros y de considerarme escritor latino.

                                                                                                    Benigno Horna

www.benignohorna.com

                                                   http://www.el-latinoamericano.com/noticia.php?id=219

 

Noviembre de 2007

El orgullo de ser Latinoamericano

 La negociación y la política. Nov/07

 

Hay un dicho popular que dice: “Los países tienen los políticos que se merecen” y los españoles tenemos en este momento, los peores políticos de toda la historia de nuestra democracia. Ni usted ni yo, ni nadie que se precie, nos lo merecemos. Así que no callemos y digamos lo que pensamos, ya que por ahora podemos, y es por tanto nuestro deber el hacerlo.

A todos los residentes en la España de los años 70, nos costó sangre sudor y lágrimas, pasar de una dictadura retrógrada, a una joven democracia floreciente, patroneada por Adolfo Suárez y el Rey Juan Carlos. 

 ¿Dónde están los políticos como el Presidente Suárez, el Presidente González, Don Manuel Fraga, Don Santiago Carrillo y los Padres de nuestra Constitución?

Ahora tenemos un Presidente del Gobierno, más parecido a un ególatra “bananero”, que basa su política en su propia imagen, véase la Z de Zapatero, o sería mejor decir El Zorro, que cuando va a felicitar a las gallinas al corral por el año nuevo, seguro que no lleva buenas intenciones.

Tenemos un Presidente de la oposición más parecido a las “plañideras del día de los muertos en San Gabriel Chilac”, que sólo sabe quejarse y no propone construir un proyecto de oposición como Dios manda. Los políticos actuales en lugar de paz, nos producen estrés y sino la imagen bochornosa de un miembro del Gobierno, discutiendo en el desfile del día de la Nación, que por sus gestos, parecía más bien estar en una lonja de un mercado de verduras, que en el desfile del orgullo nacional. Ver estas imágenes en el telediario ya no nos sorprende y las tomamos como algo habitual del deterioro de vida política cotidiana.

¿Qué cualidades de negociación poseían nuestros políticos de los años 70, que no tienen los de ahora? Lo primero y más importante que tenían, era las ganas de negociar la paz y el bienestar de los españoles a toda costa. Eran flexibles y dialogantes, y siempre buscaban el consenso; eran responsables de sus acuerdos y de las implicaciones que éstos tenían. Eran grandes negociadores de la diversidad de opiniones -léase Pactos de la Moncloa, o la Constitución, amén del desarrollo de las autonomías.

Si nosotros que podemos construir nuestro destino, no lo hacemos, dejaremos que los políticos nos lleven a la miseria mental, social y económica, como a otros latinos que en otros países, les están llevando como corderos al matadero.  

Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser.

 

                                                                             Benigno Horna

www.benignohorna.com

 

Octubre de 2007

El orgullo de ser Latinoamericano

Lo que más apreciamos de vivir en España.

 

 

Cuando le pregunto a los latinoamericanos que viven en España, sobre lo que más aprecian de este país, la gran mayoría de los consultados me responden lo mismo: “La Seguridad Social”.

No me cabe la menor duda, de que una de las mejores ventajas sociales, que todos los residentes en España tenemos, es el saber que ningún hospital nos rechazará por el hecho de ser emigrantes, tengamos los papeles en regla o no, o seamos emigrantes africanos recién llegados en una patera desde el norte de África.

La sanidad española está a la vanguardia mundial en todo lo referente a la salud. El otro día sin ir mas lejos una señora latina me dijo: “En mi país la gran mayoría de las veces, resulta difícil encontrar un médico cerca de casa y cuando te atienden, es casi imposible encontrar el medicamento que el Dr. nos ha recetado. A mi sobrino mayor, que tuvo recientemente un accidente de moto en otro país, donde también emigramos los latinoamericanos, estuvo a punto de morir y a los dos días le sacaron de la UCI y lo pusieron en una habitación compartida y eso que tenía el seguro social en regla y que había tenido el accidente en horario de trabajo. Estando el muchacho entre la vida y la muerte, le preguntaron a mi cuñada, que quién se haría cargo de la factura hospitalaria. Eso en España nunca le hubiese pasado, pero en otro país occidental no europeo le pasó. Por este motivo, muchos de los paisanos que podemos escogemos España, como país de emigración y es donde mejor podemos ganarnos la vida de una manera digna, sin el temor de que, al tener una enfermedad seria, podamos llegar a arruinarnos”.

Al hacerles la misma pregunta a los extranjeros venidos de Bulgaria o Rumania, su contestación solía ser diferente ya que me respondían: “La gente, el clima, el idioma, la comida” y cuando les preguntaba sobre la sanidad, me decían que anteriormente había habido una gran diferencia, pero esta últimamente se ha acortado, ya que allí la sanidad, ha cambiado mucho, para el bien de todos.

Si los entrevistados eran de origen africano, su sonrisa se hacía mayúscula, ya que para una gran mayoría de ellos, había merecido la pena el haber arriesgado su vida, con tal de disfrutar de las ventajas que le ofrece un país como España. En el suyo, por tener no tenían casi ni para comer.

El paraíso en la tierra está en el lomo del caballo, en la salud del cuerpo y en el corazón de la mujer amada.

  

                                                                                                    Benigno Horna

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Agosto de 2007

El orgullo de ser Latinoamericano

                                                   Científicos, Nobel y humanos.

 

(Rosela H. de Nasta)

 

He recibido algunos emails de lectores un tanto displicentes, debido a que siempre que escribo sobre latinoamericanos, me refiero a deportistas o a políticos, pero que pocas veces lo hago refiriéndome a científicos (Manuel E. Patarrollo), Premios Nobel (Rigoberta Menchú) y seres humanos menos conocidos (Rosela H. de Nasta), así que tomo nota y empezaré por ésta última, una mujer panameña que ha sido Presidenta de la Asociación de Aldeas Infantiles, SOS, desde 2000 al 2006, donde ha desarrollado una labor muy humana, en pro de aquellos niños que nunca habían tenido la oportunidad de vivir una vida en familia, sin violencia y que ahora lo hacen bajo un manto de cariño y comprensión que antes no tenían.

El Dr. Patarrollo, creador de vacunas como la de la malaria y de otras muchas y que es merecedor a varios Premios Nobel, por toda la labor en pro de la vida de muchos niños y de no tan niños, que habitan en el Tercer Mundo y de otros humanos que también los visitan.

Rigoberta Menchú, “Limin” para los amigos, nacida en un poblado marginal en San Miguel de Uspantán, en Guatemala en 1959 y que después de haber vivido el genocidio de su familia y parte de su pueblo, ha sabido levantarse y mirar al futuro, haciendo que su pasado le sirva de trampolín y no de sofá.

¿Qué tienen en común Rigoberta, Patarrollo y Rosela? Los tres latinoamericanos han dado lo mejor de su vida, primero para que sus familias y después para todos aquellos necesitados, tengan la posibilidad de mirar su futuro con una perspectiva no de perdedores ni de ganadores, ya que la vida es la única competición donde todos podemos participar y como decía Tony de Mello “La vida es una fiesta donde no hace falta invitación para vivirla”.

Todos ellos me recuerdan al Dr. Livingstone, que fue el que ayudó a erradicar la mayor plaga que ha tenido la humanidad, que fue la esclavitud. Humanos como ellos me hacen sentirme orgullos de serlo yo también.

Dejo para el final a Pablo Neruda, que nos dejó escrito: “Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente te encontrarás a ti mismo, y esa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas”.

 

                                                                               Benigno Horna

www.benignohorna.com