El problema de las drogas.
No es porque su motivación sea débil por la bebida; es al contrario.
Bebe porque su motivación es débil.
Esa debilidad lo fuerza a ser lo que es.
Relato de una chica que se drogaba y después de tener un accidente que le costó la vida a tres de sus amigos, cambió la suya.
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...desde
que había cumplido los 14 años, me había convertido en una rebelde.
Primero me rebelé contra mi familia, después fue contra el colegio, y
por último, contra mis amigas.
Me
busqué amigos que me proporcionaban las drogas y la excitación que yo
por entonces creía necesaria, para poder seguir viviendo. Con ellos, empecé fumando tabaco y de ahí pasé a los porros, a la “maría”, y más adelante a la coca y al éxtasis, mezclado todo ello con alcohol. Por entonces, yo tenía 22 años y mi vida no tenía el menor sentido. Estaba viva, pero no era capaz de disfrutar de nada real, por eso siempre estaba colocada, huyendo de mi misma. Yo he sabido lo que es tener 24 años y ser una completa inútil. He malgastado mi tiempo, he malgastado mi salud y mi auto estima. Me he drogado, emborrachado y casi, prostituido, no por dinero, por amor. Pero después del accidente he sabido lo que es estar tumbada en una cama sin poder moverme. He sabido el sufrimiento de pensar que podía quedarme inútil, pero no de ser una inútil.
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Cerro de Punta, Chiriquí, Panamá. |
Su antiguo desprecio por la vida, le había llevado al borde de la muerte, pero por motivos que sólo Dios conoce, su objetivo al seguir viva, le sería mostrado poco a poco. Se sentía peor que un perro callejero.
Durante mucho tiempo, había estado muerta en vida, sobreviviendo y no viviendo. Sintiendo una profunda soledad, que sólo aquellas personas que son capaces de ver otros mundos se cuestionan, ya que la vida que por entonces ella vivía, no la sentía como la suya. La falta de alicientes y de estímulos razonables, la habían llevado a la droga y a otros universos subterráneos más repugnantes y asquerosos, de lo que nos podemos imaginar.
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Cuando me pude levantar de la cama y dar mis primeros pasos, mi pasado sólo me servía de trampolín hacia un futuro pletórico y lleno de vida, que a su lado, yo nunca podía haber realizado. Cierta noche de Luna llena conocí el amor por primera vez en mi vida. Mis ganas de vivir se multiplicaron a su lado y por primera vez en mi vida no me sentí culpable de malgastar mi tiempo ni mi vida. Casi sin darme cuenta asumí que la vida es un continuo proceso de aprendizaje y de resurgimiento continuo. A partir de ese momento viviría todos los días de mi vida como si ese fuese el último y así poder realizar todo aquello que quería hacer y disfrutar.
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"Alguien debería decirnos, justo al principio de nuestras vidas, que nos estamos muriendo. Podríamos vivir la vida al límite, cada minuto de cada día. ¡Hazlo! digo yo. Haga ahora mismo aquello que desea, sea lo que sea. Solo hay unos mañanas contados." Michael Landon.
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